lunes, 28 de junio de 2010

Bernstein: Clases sociales, lenguaje y socialización

El cómo aprenden los niños está vinculado a distintos aspectos, en este análisis lo fundamental será la relación entre clases sociales y rendimiento escolar, ordenes simbólicas y estructura social, y construcciones sociolingüísticas.
El concepto de “código sociolingüístico” se refiere a la estructuración social de los significados, y las manifestaciones lingüísticas de éstos en contextos diferentes. Esto en otras palabras se refiere a las construcciones de mundo, donde el demarcamiento cultural del contexto determina ciertas pautas que modifican las actitudes de los miembros de ésta, obteniendo juicios, significaciones, expectativas e ideologías coherentes con ella. Siendo la construcción de significados un carácter complejo que no sólo se limita a la manifestación de éstos, sino también los regula. En este aspecto el foco de estudio es el “habla” y no la lengua.
La obra de Durkheim es de vital importancia en el desarrollo de las ideas, ya que proporciona una claridad sobre el problema de las relaciones sociales y el demarcamiento que proporciona el contexto en la construcción de significado y la organización de la experiencia. Además logró proporcionar una explicación sobre las construcciones gramaticales y sus significados desde las relaciones sociales, pero es el antropólogo Whorf quien propone una concepción de la construcción de significado producto de las expresiones y los marcos significantes de coherencias que existen en un determinado contexto producto de las relaciones sociales, permitiendo así la obtención del conocimiento.
Se puede decir que existe una relación entre los “sistemas simbólicos”, “la estructura social”, y la “configuración de la experiencia”, de modo que la pregunta que surge es ¿cómo se da esa relación? , Mead intenta dar una explicación a está pregunta, argumentando que la relación surge desde la relación del rol, flexibilidad y habla. Otra pregunta que surge en el desarrollo de este análisis es ¿cómo se produce el cambio simbólico de signos?, según el trabajo Durkheimiano el problema de cambio permanece, ya que el paso del rol a conectarse con un concepto de orden más elevado o sea al “0tro generalizado” no es posible desde esta perspectiva. Mead reconoce que el problema del cambio radica en occidente por la dicotomía existente entre el “yo” y el “mí”, de modo que el “yo” paradójicamente es una respuesta indeterminista del “mi”, donde el “yo” actúa en las acciones voluntariosas de los hombres y la creatividad posible de éstas por medio del lenguaje. Mead sin duda aporta con su explicación a la configuración de la experiencia.
Desde la perspectiva de Marx, es que se puede entender el cambio simbólico, quizás no desde las estructuras internas y sus mecanismos de transmisión, pero sí desde las relaciones de las clases sociales, donde no sólo el capital económico se ve explotado, sino también, el capital cultural, siendo este último el conjunto de sistemas simbólicos que permiten al hombre extender y cambiar los limites de su experiencia.
En este análisis las teorías de Marx y Durkheim son tomadas desde lo macro y Mead para lo micro de las investigaciones sociolingüísticas de la codificación de símbolos. Otro aspecto a considerar es la diferencia que existe con el trabajo de Chomsky, ya que éste en su teoría de la sintaxis, es capaz de diferenciar lo que corresponde a las reglas de la lengua de las reglas que determinan el uso en diferentes contextos sociales. La propuesta Chomskiana se funda en dos perspectivas de análisis, la competencia que corresponde al saber tácito de las reglas del lenguaje que poseen los individuos, y la actuación que corresponde a la manifestación social en que se desarrolla el sistema de lenguas. La competencia implica el individuo abstraído de las manifestaciones culturales, mientras que la actuación corresponde al uso de éstas, además la competencia es un ideal, por lo cual se funda desde el platonismo, mientras que la actuación se refiere al hombre inmerso en las manifestaciones del habla. La competencia tiene su fundamento central en el ser biológico del hombre, por ende no existen diferencias entre éstos en relación al acceso de creación al lenguaje. Por otra parte la actuación está contralada por regla sociales determinadas por el contexto cultural, donde las selecciones lingüísticas son hechas por especificación contextual.
Existe una diferencia clara entre los sistemas lingüísticos de la gramática y los sistemas de significados que se usan dentro de un conjunto de reglas determinadas por un tipo de cultura (demarcación contextual). De esta diferencia podemos establecer que existe un sistema lingüístico que pertenece a una cultura, pero a su vez, también podemos reconocer que es la cultura la que se modifica a través de la configuración de los sistemas lingüísticos dentro de ésta. Por lo tanto, podemos establecer cierta correspondencia biunívoca, en la que se establece el rol del lenguaje en un tipo de cultura, de modo que el tipo de cultura se determina por el lenguaje. Ahora asumamos la hipótesis de que el código que inventaron los lingüistas para dar explicación a las propiedades formales de la gramática, genera no sólo éste, sino también un sinnúmero de otros códigos del habla, y que de éstos no existe un prioridad de uno sobre otro. Por lo cual, podemos afirmar que la lengua es un conjunto de reglas que debe poseer todos los códigos del habla y cuya manifestación está ligada a las relaciones sociales dentro de un contexto cultural definido. Así los códigos o formas del habla simbolizan las formas de relaciones sociales, regulan sus interacciones y la naturaleza de las órdenes que les permiten relacionarse, de modo que va configurando el desarrollo de la experiencia.
En relación a lo anterior podemos concluir que el lenguaje que da origen al habla está determinado por las relaciones sociales que se producen dentro de una determinada cultura. Ahora, y en relación a lo expuesto anteriormente, es necesario plantearse las siguientes interrogantes, si el habla esta determinado por una configuración de relaciones sociales, entonces podemos establecer que a medida que el habla cambie, implicaría que las relaciones sociales estarían cambiando, de modo ¿que el carácter cultural del contexto también puede cambiar?, y ¿bajo que condiciones una forma de habla tiene suficiente autonomía en relación a la estructura social para que el sistema de significados que dicha forma construye pueda designar otras realidades, otras formas de organización en las acciones humanas?.
Podemos establecer entonces que existe una relación estrecha entre lenguaje y sociedad, según lo expuesto anteriormente hemos realizado el énfasis en el habla más que en la lengua, ya que de otro modo nos sería mucho más complejo y menos pertinente al tema de fondo el enfocarnos en el lenguaje, de tal manera que el habla representa la manifestación tácita de los cambios internos producidos en el lenguaje. Lo que quiero decir es que el análisis está hecho desde el niño que vive en un contexto socio-cultural determinado por las pautas que van demarcando la configuración de su experiencia, donde éstas se han determinado mediante las relaciones sociales, y en la medida que el cumple un rol en la sociedad, las va llevando acabo desde la transformación biológica a la cultural, es éste quien a medida que sensibiliza y adquiere identidad cultural, propone un mecanismo dialectico que le permite desarrollarse muy bien en su cultura, pero que también lo delimita al ingresar a otras.

martes, 15 de junio de 2010

Aprendizaje o deriva ontogénica

1. El problema
Se dice que hay aprendizaje cuando la conducta de un individuo varia durante su ontogenia, de modo que esta conducta es simétrica en relación a las variaciones del medio que le implican al sujeto generar una conducta. El sistema nervioso central tiene que ver con el desarrollo de la conducta en la medida que este si se ve perturbado va determinar un tipo de conducta. Al considerar el concepto aprendizaje, inmediatamente aparecen definiciones como: generación de una conducta adecuada como respuesta al medio a partir de una experiencia previa o la adquisición de una habilidad nueva como resultado de una práctica, según lo que el observador quiera enfatizar.
Dos perspectivas básicas para afrontar el fenómeno del aprendizaje
a) Esta perspectiva se basa en considerar al medio como referente informacional de carácter instructivo, de modo que lo que el medio le proporciona al sujeto es lo que él computa como representación mental de éste, en relación a un recuerdo almacenado en la memoria que implica que el sujeto realice una conducta en respuesta a las perturbaciones del medio.
b) Esta perspectiva se funda desde el reconocer al SNC como estructura que regula los cambios de conducta a partir de los múltiples acoplamientos estructuralmente organizados y en constante interacción con el medio. De modo que no considera el carácter instructivo informacional del medio como único factor de la conducta, sino más bien plantea que el SNC en relación con el medio es el que genera una conducta.

Humberto Maturana
Positivismo
El positivismo se le asocia a la obra de Auguste Comte, ya que éste trato una filosofía positiva en la cual se pretendía erradicar todos las preguntas de causalidad y origen, la procedencia de los elementos que nos rodean explicitados por la teología y la metafísica quienes como disciplina sólo fantaseaban con seres sobre naturales a quienes les otorgaban la creación de todo, en el caso de la metafísica el origen no radicaba en seres sobre naturales, sino más bien en la cosa en sí misma. Comte asume que su obra se nutre en la Edad Media con la obra del inglés Francis Bacón y establece como elemento principal del positivismo el hacer ciencia basada en La ley de los tres estados, está ley afirma que la historia del espíritu humano evoluciona en todos los campos de actividad científica, pasando por tres fases sucesivas: teológica, metafísica y científica.
Estado teológico: en este estado nos preguntamos sobre el origen de lo que nos rodea y como primera intuición asumimos que todo se debe a un ser sobre natural (Dios).
Estado metafísico: en este estado la pregunta no es quién es el creador de las cosas, sino más bien cuál es la propiedad que hace que eso que es cosa, sea esa cosa y no otra. El objeto de análisis es la cosa en si misma y sus cualidades.
Estado positivo o científico: en este estado las preguntas teológicas y metafísicas que implican origen y causa resultan estériles para este estado, ya que la directriz de la ciencia es el cómo surgen los fenómenos y no de donde provienen, por lo cual Comte utiliza el método empleado por Hume, quien propone que todo conocimiento debe fundarse en la experiencia. La proposición considerada empíricamente no demostrable se le llamará metafísica.
Todas las ciencias pasan por La ley de los tres estados en la medida que viene determinada por el objeto mismo de sus estudios y por la relación que existen entre éstas, dadas las necesidades de la vida social.
Comte es quien establece que toda actividad intelectual debe poseer una organización, de modo de organizar el saber científico y la sociedad. La clasificación de las ciencias surge por la falta de organización del saber científico, por el grado decreciente de generalización y grado creciente complejidad.
La sociología es la que según Comte toma mayor importancia en el positivismo, por lo que éste la impulsa al estado positivo donde le llamará (física social) considerando que esta disciplina podría organizar las voluntades sociales por un espíritu de conocimiento científico basado en la experiencia, con el objetivo de rechazar la religión como conocimiento y así evitar los dogmas que imponen una actitud metodológica de carácter metafísico y teológico, que sólo nubla el conocimiento sobre el cómo funciona el fenómeno desde el positivismo.

Características principales del positivismo posterior a Comte:
Fenomenismo: no hay ninguna diferencia real entre fenómeno y esencia, ya que todo lo que percibimos no corresponde a manifestaciones sobre naturales no reveladas. Todas las discusiones que desembocan más allá de la experiencia caerán en puro verbalismo. Lo que importa es el conocimiento objetivo del fenómeno.
Nominalismo: todos los contenidos de la metafísica no son más que ilusiones para atribuir ilegítimamente existencia a lo que no puede estar fuera de las palabras. Ej. Todo lo que aparece es en cuanto se asume metafísicamente que existe, de modo que aquello que existe es un nominalismo en la medida que todo lo que nombramos es, de otra manera no podemos hablar de algo que no esté en nuestra conciencia, y aquello que esté, aunque metafísicamente acepte que esta allí y me afecta, debe otorgársele existencia como consecuencia del fenomenismo.
Negación del valor cognoscitivo a los juicios de valor y los enunciados normativos: todos los términos que utilizamos para calificar acontecimientos, y sobre todo conductas humanas (bueno. Malo, hermoso) no son dados en la experiencia, sino más bien, son sólo resultado de nuestra elección arbitraria.
Fe en la unidad fundamental del método de la ciencia: se trata de la certeza obtenida por los modos de adquisición del saber válido, mediante las principales etapas de la elaboración de la experiencia a través de la reflexión teórica. Se asumía en ese tiempo que la física ocupaba la mejor posición de las ciencias.

sábado, 5 de junio de 2010

Objetividad un argumento para obligar

Objetividad sin paréntesis: Esta consiste en que el observador no se hace cargo del cuestionamiento sobre el origen de sus habilidades cognitivas y de lo que lo constituye,más bien las reconoce como realidades independientes de él, de esta manera acepta como reales los juicios que puede emitir sobre otras entidades, ya que éste solo opera en un dominio de realidad, la cual está sujeta solo a una entidad trascendental, llámese: (energía, materia o Dios como respuesta final).

Objetividad entre paréntesis: Esta consiste en que el observador se hace cargo de su condición de ser humano que posee habilidades cognitivas, que estás como fenómenos biológicos son alteradas, si su biología es alterada, y que como ser viviente desaparecen con la muerte, es por esto si el o ella quieren explicar sus habilidades cognitivas deben hacerlo desde el estudio de los fenómenos biológicos, es esta condición que hace posible conocer con objetividad solo lo que ocurre dentro del observador y sus distinciones de distinciones, en este aspecto la objetividad entre paréntesis por el observador posee solo operatividad explicativa de lo que trae en su praxis del vivir,
pero este no niega el objeto o sujeto, lo que hace es asumir un estado de conciencia que le permite preguntarse cómo sé yo, lo que digo que sé.
La objetividad entre paréntesis producto del operar en distintos dominios de la realidad según la experiencia del observador posee tres consecuencias fundamentales:

1) La experiencia es lo que trae el observador que le permite operar en distintos dominios de realidad, o sea su praxis del vivir es la que trae un tipo particular de objetos según su aplicación, Ej. El dominio de existencia física, trae a la mano un dominio de realidad que se da en forma recursiva de la praxis de vivir del observador y que está constituida por medidas de (masa, distancia, y tiempo).
2) Cada dominio de la realidad constituye un dominio de explicaciones de la praxis del vivir del observador, y ésta es dada a medida que el observador reformula su praxis del vivir en la configuración de operaciones que la constituyen frente a cualquier dominio de la realidad que se presente.
3) Aún cuando los dominios de realidad son todos diferentes en términos de coherencias operacionales que realiza el observador sobre éstos, producto de la experiencia que trae consigo son igualmente legítimos como dominios de existencia, ya que surgen del operar de distinción que realiza el observador en su praxis del vivir.

“El observador es el generador de toda la realidad a través de sus operaciones de distinción en la praxis del vivir”

“La ilusión surge de la confusión de los dominios explicativos”

viernes, 4 de junio de 2010

El fenómeno del ser y el ser del fenómeno.

La aparición no es de un ser distinto de ella, posee un ser propio cuyo ser es el aparecer del fenómeno. El fenómeno es lo que se manifiesta, el ser también es manifestado, de modo que debe haber un fenómeno del ser que pueda ser descrito, esta descripción es inmediata como: náuseas, dolor , etc. De modo que la ontología es la descripción de lo inmediato. Husserl ha establecido que siempre se puede ir más allá del fenómeno en relación a su esencia (reducción eidética) y Heidegger cuando se refiere a la “realidad humana” dice que es posible siempre trascender hacia esencia como transito del fenómeno hacia su ser.

El conjunto “objeto-esencia” es la noción de un todo organizado, de modo que la esencia no está en el objeto, sino más bien, está en la serie de apariciones que lo develan. No se puede admitir que la esencia está en el objeto que percibimos como un todo organizado, puesto que la razón de apariciones que forman el todo es la esencia del objeto. Pero el gran problema es saber cuál es el ser del objeto. No podemos concebir al ser como una cualidad de un objeto que lo hace distinto de otro, menos considerar que el ser es la razón de la serie de apariciones que develan la esencia del objeto. El ser no remite ninguna significación, ya que si definimos al ser como una presencia, estamos dejando de lado a la ausencia, y ser es presencia por que está y es ausencia por alguien que estuvo y que ya no está. De este modo el ser no está en los objetos, ni menos en la existencia de éstos, sólo podemos definir su manera de ser diciendo es. Al decir es, no se enmascara ni se devela el ser, ya que sería absurdo tratar de aprehender al ser. El fenómeno es un conjunto de cualidades que se da en un aparecer de modo que existe, pero no designa a su ser, sino que a sí mismo de modo que es algo develado. En cambio del ser podemos inferir que el ser es un “ser para develar”, es la condición de todo develamiento. Para entender que quiere decir Heidegger cuando dice: hay que ir más allá de lo ontológico. Debemos tener claro que siempre podemos ir al “ser-silla”, al “ser-mesa”, pero en la medida que voy al “ser de algo”, dejo de ir al fenómeno, ya que el fenómeno es lo que está develado, y el ser es siempre un “ser para develar”. Por lo tanto, ir a lo ontológico es decir vamos al ser-fenómeno y no al fenómeno, de modo que entendemos por fenómeno al aparecer en cuanto algo se devela, y el “ser-fenómeno “como el develar de algo que aparece.

Sin embargo, no se ha podido reducir el ser del fenómeno al fenómeno de ser, ya que el ser del fenómeno no implica la condición de develamiento, y el fenómeno del ser implica el develar en cuento algo aparece. El fenómeno de ser es explicado mediante la intuición subjetiva del aparecer de algo, mientras que el ser del fenómeno es reducido a conceptos en relación a que aparece, pero aún así, no ha podido la razón por sí sola, dar una repuesta o acercamiento al ser. De este modo se hace imposible reducir al fenómeno del ser, al ser del fenómeno. Se considera al fenómeno del ser como “ontológico”, pero o ontológico desde que es un requerimiento de ser. Elige en que fenómeno, un fundamento transfenoménico.

El ser y la transfenomenalidad de Sartre

Lo transfenoménico no consiste en tratar de explicar el ser tras los fenómenos, o pensar que el ser del fenómeno se oculta tras éstos, ya que la apariencia no oculta al ser y tampoco representa un ser distinto del fenómeno que es, de modo que el fenómeno es indicativo de sí mismo. Pero lo que se quiere explicar con lo transfenoménico es que el ser del fenómeno en tanto es coextensivo del fenómeno debe desmarcarse de lo fenoménico, en tanto el fenómeno es un develar, y lo que al ser lo hace constitutivo de él, es que es un ser para develar.